sábado, 19 de octubre de 2013

La motivación como catalizador del éxito

Y parece curioso que en un día como hoy lo escriba, pero sin duda, creo que es el gran secreto a voces que se necesita para hacer una buena preparación.

La motivación y la fortaleza mental cobra más importancia que la inteligencia o los conocimientos previos. Debes ser capaz de estudiar una media de 8-10h de lunes a viernes, hacer un simulacro de 5 horas y 235 preguntas el sábado y después recibir una clase teórica de 6-7 horas. A todo esto debes sumarle la posibilidad (la certeza diría yo) de oscilar en tus resultados académicos, simulacros en los que bajas más que subes y en los que sientes que tu esfuerzo no se está viendo recompensado. La asignatura que te has estudiado hace 2 semanas es la que peor te sale, se te olvidan cosas que tenías interiorizadas, fallas preguntas que creías dominar, otras ni te suenan (¿dónde viene esto en el manual?) y las que aciertas se las atribuyes más al azar que a tu conocimiento propio.


Tienes que saberlo llevar y tienes que volver a levantarte el lunes con ganas de comerte el mundo, de aprender, de olvidarte de percentiles, de la competitividad y de las plazas.

Es difícil y duro pero la motivación y las ganas de aprender es necesaria para sacar el máximo rendimiento al estudio. Relativizar es obligatorio. Caer en el desánimo, en la rutina y en la ansiedad es peligroso, pero muy frecuente.

El MIR es una carrera de fondo, una especie de "gran hermano médico" donde la presión es fuerte, donde las cosas se magnifican, donde parece que todo gira en torno a lo mismo, pero donde más conocimientos teóricos aprenderás en tu vida profesional. 


El MIR es una oportunidad, de aprender, de formarte, de superarte, de ser mejor, de darles una asistencia de máxima calidad en el futuro.

El MIR NO ES UNA PLAZA, es lo que te aportará el esfuerzo de haber luchado por ella. 


No decaigan, muchos abrazos.